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La ridícula cuota de género

Publicado: 2019-02-09


Hoy me desperté pensando en la cuota de género para los trabajos, debido a una conversación de hace unos días donde unos amigos la despreciaban y afirmaban que era humillar a las mujeres.

Lo cierto es que, de alguna manera, yo pensaba lo mismo cuando era joven pero, como me suele suceder, la vida se encargó de darme algunas lecciones. Hace muchos años me pidieron, en dos empresas diferentes, que ayude a evaluar postulantes a puestos de trabajo respecto a sus capacidades técnicas en el mundo de la programación. Luego de leer muchos currículums presenté una lista de ocho candidatos para cinco plazas. Junto con la persona encargada, nos fuimos a ver al Gran Jefe al que yo no conocía. Luego de leer con seriedad las propuestas, el Gran Jefe concluyó:

-Oigan ¿ustedes están locos o qué les pasa?

Por supuesto nos quedamos totalmente desconcertados.

-Pura mujer...

En realidad de los ocho candidatos cinco eran mujeres. Había, de mi parte, motivos fuertes para haberlas elegido. Uno de ellos era que no habían cometido la exageración de poner todos los cursos de la carrera como habilidades aprendidas, que era un error muy común en esa época (y tal vez hasta ahora). Se terminaba con una lista de habilidades aprendidas que era imposible lograr a los veinte años.

Argumenté las características que me llevaron a recomendarlas. El Gran Jefe resopló y se dirigió exclusivamente al encargado de personal quien me había encargado el apoyo técnico.

-Pffff este no sabe. Muy chibolo, pues. Mira, te dije a ti que me trajeras la lista. Sácame a todas estas. Tú ya sabes que las mujeres son jodidas y luego todos los chibolos se van a estar peleando. Ya, me la traes en la tarde.

Efectivamente, tiempo después, trajeron a varios nuevos trabajadores.

En la segunda empresa, ya con la experiencia anterior, equilibré un poco más la lista llegando a proponer dos hombres y una mujer que cumplían los requisitos del puesto. Siendo sincero había descartado a una que podía ser mejor pero no quería presentar una lista con dos mujeres y un hombre para evitar reacciones como la anterior.

Luego de mirar los files este Big Boss (era americano) dijo:

- La chica no.

Hubo silencio. En aquel entonces no había nada políticamente incorrecto por lo que nadie se escandalizó. Luego continuó.

-Veo su parte técnica bien pero miren, dice que es casada y tiene veinticuatro años.

Yo no entendía a qué se refería. Al ver mi cara de desconcierto agregó con condescendencia.

-Estas chicas entran a trabajar y se embarazan al otro año (ya era Octubre) y les tenemos que dar seis meses de vacaciones pagadas y buscar quien la reemplace. Por favor, nada de embarazadas o mamas. Mejor todos hombres.

Efectivamente así se hizo y yo nunca más cuestioné el tema de necesitar de cuotas obligadas para las mujeres. No es que lo requieran porque les falta capacidad. Es que lo requieren porque nos falta capacidad a todos de ofrecer oportunidades iguales, al menos en mi experiencia.


Escrito por

daso (Daniel Subauste)

Mulero convertido


Publicado en

Rincón del Insomnio

Un pequeño rincón donde se escriben ideas trasnochadas de noches sin poder dormir.