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Una obra de teatro científico

"Mi primer acercamiento a la ciencia"

Publicado: 2016-11-11


Debo a mis malos recuerdos de las matemáticas en el colegio, mi posterior interés por las ciencias y, finalmente, mi profesión de ingeniero. En contra a lo que mucha gente podría pensar, mi gusto por las matemáticas no se debió a que yo era habilidoso desde niño. En realidad, tenía notas bastante mediocres e incluso requería de un profesor particular. Tampoco me fue bien en química ni en física. Esas tres materias eran preocupación para mi madre pues siempre estaba “raspando” y con necesidad de apoyo por parte de profesores particulares.

algo así vivía

Parecía que mi destino eran las letras. Sin embargo, ocurrieron dos eventos bastante particulares. El primero fue que entre un grupo de amigos que se sentaban cerca de mí, comenzó una competencia entre ellos por desarrollar los ejercicios que nos dejaba el profesor en la clase de física. Como yo era malo en física no se me ocurrió participar, hasta que me animé porque terminé primero un ejercicio y, cuando lo anuncié y lo revisaron resultó que estaba bien. A partir de ese punto comencé a competir contra ellos y a ganar varias veces. La verdad es que aprender física, en ese momento, no me interesaba en absoluto, pero ganarles a mis amigos, que además eran conocidos por ser los sabiondos de la clase, sí que me interesaba. Pasé de estar por jalar física a sacar un desconcertante 17 que dejó al profesor la sospecha de que algo ilegal había hecho y a mi madre en la creencia que sus oraciones habían sido escuchadas. Pero no, había aprendido por “jugar” con mis amigos.

El segundo evento fue un libro de cuentos de ciencia ficción que abrí por curiosidad. En el colegio me había hecho leer importantísimos libros que me interesaban un comino como “Un mundo para Julius” (aburrido), “María” de Jorge Isaac (insufrible) y otras novelas que en su momento sufrí mucho (y luego amé, al menos Un Mundo para Julius). Cuando cayeron los libros de Isaac Asimov en mis manos me convertí en un lector compulsivo y apasionado. Pasé de la ciencia ficción a los libros de divulgación científica del mismo Asimov y luego a buscar libros de matemáticas para sacarme el clavo y terminé en Borges, Mario Vargas Llosa, Cortázar y un largo etcétera que me tendría que llevar a contar mi compulsión por leer, aprender y comprar libros de todo tipo.

Haciendo una retrospectiva de cómo es que me llegó a interesa la ciencia luego de haberla detestado y temido, llegué a la conclusión que se debía al primer contacto que tuve con ellas: un profesor que recitaba monocordemente reglas para encontrar X, reglas para calcular el rozamiento de un cuerpo en una pendiente, reglas para balancear una ecuación que contenía yoduro de sodio, potasio y un montón de más cosas que en ese momento no comprendía ¿Qué me importaban?¿Para qué las iba a usar en la vida? Es por eso que me quedó claro que el primer contacto con la ciencia es determinante para el futuro.

Las veces que he escuchado a científicos y profesionales: biólogos, médico, matemáticos decir que su afición por su profesión se la deben a un tío que los llevaba a pescar, un comic sobre un médico que se convertía en espía, a una película, a una novela de detectives, es tan contundente que, cuando encontré El Juego de la Ciencia no me quedó duda alguna de su importancia. Estos talleres de ciencia son un primer contacto vital y sumamente importante para el acercamiento de los niños con la ciencia. Una primera experiencia llena de experiencias, juego y aprendizaje. En mis tiempos no había nada de eso y, luego de hace poco, escuchar a una niña explicarle a su padre qué era un polímero luego de ver una de las obras, no solamente quede convencido de la fórmula, sino que, además, me quedó claro que era la forma de acercar los niños a la ciencia (cosa que ellos vienen haciendo ya hace algo de quince años).

Es aquí donde aparece esta obra de teatro: Las Aventuras del Doctor Quark. Donde los niños van a poder tener un primer acercamiento a la ciencia mediante una aventura donde un científico tendrá que convertirse en superhéroe para vencer a la Mega Corporación que quiere controlar al mundo mediante la comida chatarra y la mala alimentación.

Boris, el Dr. Quark y Minerva

Durante esta historia conoceremos a Minerva (Luccia Méndez). Quien quiere salvar al mundo de la Bebida Súper Alegrante, una substancia química que está acidificando el cuerpo de las personas. La Mega Corporación, por su parte, enviará a Boris (Nicolás Fantinato), un villano “experto” en disfraces que tratará de robar todos los secretos del profesor Renato (Renato Gianoli) quién descubrirá el secreto para usar la ciencia para luchar contra la ignorancia: El Doctor Quark.

Una obra muy recomendada para que los niños respondan a una muy válida y simple pregunta que nos hemos hecho todos: ¿Para qué (demonios) me sirve estudiar todo esto? Y quién sabe, ante esa respuesta y el surgimiento de nuevas preguntas, tengamos a un futuro interesando en la ciencia que haya comenzado temiéndola y termine escribiendo una obra teatral de ciencia.

dr Quark con Giovanni Ciccia

La obra se presenta en el Centro Cultural de Universidad Católica del Perú todos los sábados y domingos a las 4:00 pm

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Escrito por

daso (Daniel Subauste)

Mulero convertido


Publicado en

Rincón del Insomnio

Un pequeño rincón donde se escriben ideas trasnochadas de noches sin poder dormir.