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Todos mis miedos en el ICPNA

Un punto de vista

Publicado: 2016-09-12

Indiscutiblemente el tema de las relaciones amorosas será un tema universal hasta que el mundo deje de ser de los humanos. En este punto, "Todos mis miedos", se presenta como una obra atrapada entre lo onírico y lo abstracto, mostrando una serie de imágenes sobre las relaciones unidas por el hilo conductor de la crisis de un escritor. 

La obra deja muchas preguntas sobre su estructura: ¿Es esta una historia desde el punto de vista del escritor en crisis, aparente protagonista de la historia? ¿Es este otro personaje misterioso que parece, a veces observador, a veces guía de los personajes, un fantasma, un alter ego, la culpa? ¿O será que en realidad él es el verdadero escritor escribiendo sobre este segundo escritor en crisis?  Varias preguntas quedan en el aire mientras vemos una segunda capa, que es la cotidiana, donde transcurre una simple y común historia del hombre saliendo de una relación para entregarse a la fantasía de la alumna "Lolita". 

Lo mejor del montaje es el uso de la escenografía que le da un grado de teatralidad que aporta muchísimo a esta idea de lo onírico, que podría ser muy complicada de lograr solamente con el texto. Buen aporte desde las decisiones de escenografía y dirección. Ya Jimena Del Sante ha mostrado grandes aciertos y, personalmente, uno de sus mejores trabajos fue "Pedro y el Capitán", que lograba una atmósfera impactante. Esta obra tiene la misma firma de la directora que logra la atmósfera adecuada para contar esta historia. 

En lo personal destaco el trabajo de Jorge Armas, uno de los buenos actores que se ha consolidado en la escena teatral actual. Su capacidad de, aparentemente con poco texto, estar siempre presente como un poderoso ente observador y partícipe de la historia (no sabemos si malicioso guía del destino de todos) me pareció excelente. Por su parte Sergio Paris, logra transmitirnos la crisis que vive este supuesto protagonista que, por momentos, puede ser agobiante, aunque también por momentos no logra verse justificada con lo previamente ocurrido, aunque esto tiene que ver más con el texto que con la interpretación. 

Finalmente me sorprendió un poco ver a Mayella Lloclla no tan bien como en otras obras donde suele sorprenderme. Incluso en alguna lectura dramatizada me ha dejado impactado. En este caso, al menos en la función que vi, la falta de matices la hacía ver un poco plana pero, como las buenas actrices, correcta sin desentonar. Más confuso describir el trabajo de Fiorella Rodríguez quién, por momentos, hacía parecer que el texto había sido escrito para ella. Era la interpretación perfecta para el personaje. Pero luego, parecía perder el momento y caía en una interpretación aparentemente inorgánica que, felizmente, solamente duraba unos momentos para luego retomar la excelente interpretación. 

Por supuesto todos estos son solamente puntos de vista basados en una función específica. Lo que es definitivamente cierto es que es una obra que hay que ver. Recuerden que el teatro es efímero y que si no van a verla se perderán este buen trabajo que muestra que el trabajo teatral local sigue creciendo, que se sigue perfeccionando y que las nuevas generaciones de actores y directores van tomando su lugar con un trabajo de muy buena factura.  


Escrito por

daso (Daniel Subauste)

Mulero convertido


Publicado en

Rincón del Insomnio

Un pequeño rincón donde se escriben ideas trasnochadas de noches sin poder dormir.