Viendo durante varias elecciones el funcionamiento de estas, podemos concluir que la forma en los candidatos se hacen conocidos es cada vez menos política y más de farándula. Esto, finalmente, es consecuencia del sistema democrático que nosotros mismos planteamos. Nadie vota por un programa o propuestas del candidato salvo un porcentaje menor. Son muy pocos los que realmente leen o saben sobre el proyecto de gobierno del candidato por el que va a votar. Aún más importante: uno no lee todos los programas de gobierno de los candidatos sino que, luego de elegir, es posible que nos interesen sus propuestas. A la mayoría de personas en análisis político y económico de la viabilidad de las promesas electorales le interesa nada o casi nada.  

Entonces, la forma en la que las personas se pueden enterar de las propuestas de los candidatos es por medio de los eventos, debates y entrevistas que se transmiten por televisión. Nuestro problema es que tenemos tantos candidatos que estas actividades los filtran. Este filtro pasa por el Dios supremo de las elecciones: Las Encuestas. "No creo en las encuestas" y " en la calle se siente que el pueblo nos apoya y no como dicen las encuestas" son las frases más usadas por quienes van muy por debajo o los que no aparecen en las encuestas. Yo, por ejemplo, me enteré que Ántero Flores Araoz estaba en carrera cuando lo escuché decir en una entrevista que el pueblo estaba con él. 

Para poder tener una democracia sana y realmente representativa todos los candidatos deberían tener igual oportunidad de exponer en los eventos importantes. Si solamente se invita a los primeros cinco en las encuestas entramos en un nudo gordiano donde los candidatos no se hacen conocidos porque no los invitan a los eventos y no los invitan a los eventos porque no se hacen conocidos. En este panorama se dan dos eventos importantes: en el primero el candidato desconocido se ve obligado a llamar la atención del electorado para que sepan que está postulando. Esto pasa por tener que hacer un baile ridículo, decir algo que llame la atención inmediatamente como una lisura, disfrazarse de un personaje o hacer cualquier actividad ridícula que permita ponerlo en el mapa para luego poder exponer sus propuestas. En un país lleno de farándula es complicado hacerse conocido por las ideas coherentes (salvo, claro, que diga que voy a dar el gas a doce soles. Por eso putualicé "coherentes"). En el segundo evento importante que me puede ayudar a entrar en el mapa está el declararme el mesías de la política peruana. Los candidatos de abajo se auto proclaman los salvadores de la democracia y los liberadores de la corrupción esperando que, un pueblo tan religioso como el peruano, los vea como a una especie de Jesús presidenciable. 

Es por esto que es muy importante que se planteen dos posibilidades: O se logra que todos los candidatos expongan en los espacios importantes como CADE por ejemplo y se les entreviste por igual en los medios de comunicación o se limita la cantidad de postulantes a las elecciones ya que con, por ejemplo, cuatro candidatos, tendríamos un mucho mayor conocimiento para elegir con mayor criterio. Poder escucharlos a todos es lo único que nos asegura una democracia verdadera y evita que las elecciones se vuelvan un negocio donde muchos inscriben un partido y mandan a cualquiera como candidato para poder cobrar por los cupos a la lista congresal lo que hace de las elecciones presindenciales un negocio.