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Familia: ese extraño concepto

Lo que sufrimos quienes exorcisamos sanamente al espíritu navideño de nuestras vidas.

La familia es un nido de perversiones.

Simone de Beauvoir (escritora).

Publicado: 2013-12-22

Creo que no hay fiesta que me desagrade tanto como la Navidad. Esto principalmente se debe a que es una fiesta de la que parece no haber escape y  de la cual es socialmente impropio no participar. Las personas religiosas no me invitan a orar por la muerte de su Dios en la Semana Santa. Tampoco ocurre que mi centro de trabajo me haga cantar el Himno Nacional en 28 de Julio. Sin embargo la maldita Navidad hace que todo el mundo me invite de manera forzada a asistir a comilonas, chupetas y demás festividades en nombre de la fiesta de la Navidad. Sobre todo que es la única fiesta en que todos son bien Católicos


Pensaba que esa era la principal razón de mi asco pero hay otra adicional: aparece "familia" nueva. La familia siempre me ha parecido, en su concepción extendida, un concepto muy extraño debido a cómo se suele llevar en este país (no conozco si eso ocurre en otras sociedades). Resulta que muchas personas asumen que llevar un mismo apellido conlleva una serie de valores y atributos comunes que me parece, más allá de lo genético, no tiene fundamento alguno.


Es en ese aspecto que no hay cosa que me desespere más que alguna tía gorda me presenten a alguien diciéndome: "este es tu primo Pochito". Lo primero que ocurre en ese momento es que pienso "por favor, realmente es un nombre ridículo para un hombre de treinta años". Lo peor es que a continuación, en caso de estar en un almuerzo, el nuevo primo intenta lograr una familiaridad forzada que realmente no comprendo. Para ello suelen recurrir primero al alcohol:

-"¡Salud pues primo!"


Y yo solamente tengo ganas de decirle "no tomo con desconocidos y menos con los que actuan como si ya estuvieran borrachos". Sin embargo, debido a que tengo que socializar para que mi madre no sufra, digo salud y abandono el vaso por ahí. Sin embargo nunca falta el familiar (generalmente un hombre) que grita "Oye, no estás tomando sobrino, salud, salud". Lo peor es que uno debe sonreír y brindar con firmeza para no caer "antipático". 


-"Salud pues sobrino, ¿una cervecita? ¿un whiskey? ¿un vinito?"

-"No, gracias tío, una coca cola" (Me pregunto si te vas a molestar cuando a tus hijos los hagan beber así en los almuerzos a los que van a comenzar a ir en un par de años)

-"¿Coca cola? ¿estás manejando?"

-"No tío (Solamente que no me da la gana estar borracho para sentirme bien en este lugar tan aburrido)

-"Ah, entonces vas a hacer un salud con tu tío, ¡salud!" (mientras sirve una cerveza)

-"Salud...." (¡Déjame en paz ebrio!) 


Para continuar con el tormento las tías gordas quieren obligarte a comer mucho para que demuestres que ella cocina bien y que eres una buena persona. Ay que digas que no quieres comer pues comienzan las preguntas estúpidas. 


- "¿Estás a dieta hijito?". 

-" No tía, no" (¡Vaya! conoces la palabra pues pareces un porongo de tanto que comes, deberías probar alguna vez)

-"Ah, ¿no te gusta el pavo hijito?"

-"No, sí me gusta tía" (Pero no con cien litros de manteca y con los cuatro kilos de sal que parece le pusiste)

-"Entonces te sirvo para que comas tu pavo ¿si?" (Odio el uso de "tu" para hacer que la comida te pertenezca y te la tengas que comer porque es tuya)

-"Bueno tía gracias". (Con tal que me dejes de joder con que trague para estar como tu hijo mayor que está a un paso del infarto, ya)

-"Si quieres más avisas o te sirves"

-"Gracias tía" (¡Fuera, vaca!)


Lo extraño es que la Navidad hace que la familia olvide lo que es y lo que dice durante el año. En mi caso hay cosas muy graciosas pues cada parte de la familia tiene sus "cosas", sobre todo los más viejos. Tenemos en el buffet un grupo racista que cholean, negrean y serranean. Podría ser "gracioso" si no fuera que ellos mismos tienen de todas esas razas, sobre todo los nietos. Para graficar un poco mejor la falta de autoconciencia de estas personas puedo mencionar que una de ellas se tiñe el pelo de rubio siendo muy morena, cosa que no tendría nada de raro si no fuera por su uso constante de "esa chola huachafa" cuando se refiere a otra persona que no va acorde a sus gustos estéticos.


A continuación tenemos a los tíos homofóbicos. Hombres entre sesenta y ochenta años que hablan de "los maricones esos" y "el amanerado ese" y los comentarios sobre los políticos y artistas hombres que "tienen su marido pues" sin saber que entre sus sobrinos tienen dos hombres homosexuales y una chica lesbiana que en facebook son defensores furiosos de la igualdad y el respeto pero en la cena familiar sonríen petreos ante el tsunami homofóbico. Y yo que miro sin poder poner "like" a la escena. 

 

 Esto lleva a conversaciones muy graciosas como:


-"Si pues, y contrató a una cholita para que le cuide a los hijos" (pero deberías mirar a tus hijas bien antes de decir "cholita" con ese tufillo de una clase social que no te aceptaría)

-"Ah que bien, porque eso de estar en verano cuidado a los hijos es horrible" (para qué diablos te pones a parir si te van a aburrir los hijos)

-"Si pues, porque yo ya quiero irme a la playa" 

-"Ay sí, de todas maneras vamos" (¿pero no decías que ella se veía super huachafa con el pelo así pintado y que te daba vergüenza que sea tu prima hace unos meses?)

-"¿Y tú por qué tan callado?"

-"Ah, nada, pensaba en otra cosa" (en su poca calidad como seres humanos)


Es así que estos días estoy atrapado entre reuniones familiares donde puedo ver todas las miserias humanas juntas en una sola habitación donde el racismo, la homofobia y el prejuicio me demuestran que hay padres que no conocen en absoluto a sus hijos y que las personas creen que un apellido etiqueta la moral y las costumbres de las personas logrando una afinidad inexistente. 


Por supuesto supongo que hay personas que aman a toda su familia y que incluso se mienten pensando que es perfecta. Incluso al tío al que se le conoce como un poco "mañosón" ya que al ser de la familia es una gracia. O al tío anecdótico al que "el aire le cayó mal, otra vez" ya que los borrachos no llevan el apellido y el aire de Lima contiene alcohol. O tal vez la historia de la cuñada que se hizo al esposo y al hermano y que todos lo saben pero nadie lo comenta y miran al hijo con sospecha, pero igual se le quiere y como esa, un millón más de historias de horror que se esconden en las familias y de las que, cada año, me esmero en escapar con relativo poco éxito. Lamentablemente escucho a una tía gorda llamándome a viva voz, sospecho que con "mi" panetón y "mi" chocolate caliente que es un asco que no he pedido pero me tengo que embutir. 


Escrito por

daso (Daniel Subauste)

Mulero convertido


Publicado en

Rincón del Insomnio

Un pequeño rincón donde se escriben ideas trasnochadas de noches sin poder dormir.