Un evidente caso que polariza. Un caso donde, una vez más, no hay nadie que pueda ser calificado de correcto. La plaza se divide en dos y los temas van más allá de lo intelectual y ético y se llega a lo político no sin insultar antes:

"Así son todos los rojos" grita parte de la tuitósfera indignada.

"Lo han destruido por oponerse a la concentración de medios" grita la otra parte de la tuitósfera más indignada aún.

Pues creo que ni lo uno, ni lo otro. 

Creo que si Guillermo Giacosa hubiera estado realmente en contra de la concentración de medios más allá de dar un par de opiniones al respecto símplemente se hubiera ido en cuento se concretó el evento. Hubiera podido salir gritando "¡Estoy en contra!". En realidad trabajar para el grupo El Comercio y para RPP no lo hace un rebelde opositor del sistema exactamente. 

Lo malo es que, lo odien o lo admiren, era uno de los difusores de conocimientos más conocidos y seguidos en el país. Con lo poco que tenemos en ese aspecto era de agradecer que estuviera en los medios un difusor de buen intelecto que tenía una forma de pensar bastante concreta y clara en lo político y que podía conversar de varios temas bastante interesantes. 

Lo feo es que no solamente hay plagio de por medio. Hay muchos textos que, me parece, se encuentran no citados y ni siquiera copiados, han sido maquillados para no ser exactamente iguales en forma y estructura pero sí en contenido. Esto ya ni siquiera es una forma de plagio solapado sino es un intento evidente de engaño ya que no hay olvido de cita sino una transformación de palabras que deja el texto emitido en primera persona. 

Lo horrible es que es esta es una práctica que mucha gente toma como normal y no les parece terrible. Todo subjetivamente maquillado por el color político del juez en la mayoría de casos. Recuerdo con horror como en una universidad donde enseñé alguna vez, se definían los porcentajes de plagio en los trabajos en un 30% permitido, 50% amonestable y más de eso castigable. Las "citas" sacadas de Wikipedia y El Rincón del Vago abundaban y el resto del trabajo era un evidentemente trabajo de efectos especiales maquillando los párrafos para que sean indetectables por estos programas de búsqueda que se encargaban de determinar si había plagio o no lo había. Si alguien que se supone tiene una talla intelectual termina siendo acusado de plagio de una manera tan grotesca entonces todo lo que está por debajo pasa a ser casi evidente en la conducta del plagio. 

Pero lo horrible sigue pues Perú21, lejos de buscar lo moral y lo correcto ha dilapidado a su columnista de una forma contundente y, me parece a mi, innecesariamente ensañada. ¿Tiene que ser la noticia más importante del día y ser la portada? ¿Tiene que sacarse al acusado, desnudarlo y lanzarlo al pueblo para que dispongan de él? Cuando me dicen que Perú21 lo quería desacreditar por oponerse a la concentración de medios no me queda más que creerlo pues la conducta del diario ha sido realmente vejatoria. 

Creo que es un caso triste donde todos perdemos y nadie gana nada. Aún así me parece que es necesario que se sepa y se exponga para que se detenga esta práctica que es parte de nuestro cotidiano académico y hace decir a muchos que es "normal" y que "no es grave". Una pena señor Giacosa que nos deje con la sensación de que la corrupción y la "viveza" también habita en el mundo intelectual. 

Vínculo a la acusación que hace Perú21